Bienvenido al sector de Internet que no sabías que existía.

sábado, 9 de noviembre de 2019

El nueve

Era el cruce entre Mozart y Saraza. O más bien, el giro, porque ninguna calle seguía después de ese cruce. Quizás este lugar queda mejor definido como el fin de la avenida Santiago de Compostela, o el choque de Santander con Mozart. Todo esto es prácticamente el mismo lugar, con una diferencia de no más de 60 metros. En la vecindad de esta zona puedo ver varias paradas de colectivos. Muchas más de las que esperaría, pero bueno, parece que estas líneas torcieron sus recorridos para pasar por la puerta de la Facultad. Se leen muchos números, 7, 114, 101, 47, números muy lindos y todos de color azulado o verdoso. Estos colectivos pasan por Saraza y Mozart incesantemente, uno atrás del otro, sin parar. Pero hay otro. En la mismísima puerta de la Facultad, altura 2300 de la calle Mozart, veo siempre ese cartel que me está por enloquecer. "Parada línea 9".
Al principio no lo había notado; entre tantas líneas de colectivo pasó desapercibido. Pero un día comencé a notar que nunca, jamás había visto un 9. La gente comentaba "sí, yo lo ví solo una vez", "ah, yo lo ví dos veces", "no, ni idea el ¿9?". Pero los testimonios del avistaje de 9 existían.

Fue cuestión de tiempo para que un día, lunes lluvioso a la madrugada, me encontrara transitando Santiago de Compostela en la línea 7, y segundos antes de doblar en Mozart, se produjera el milagro:
Un microómnibus verde, de apariencia similar al querido 114 (sus coches nuevos, los anteriores eran una basura) se escapaba furiosamente de mi vista. Sin embargo, olvidó un pequeño detalle: el número de línea se encuentra en los laterales del colectivo, y ahí pude ver con claridad: "Línea 9".
Inmediatamente se fue.
Nunca más lo ví.
Fue anécdota para el día, primer avistaje de 9. O eso creía.

De curioso, al llegar a casa ingresé al sitio web Omnilineas, en el que los recorridos de todas las líneas están a disposición de quien desee verlos. Tecleo "9".
"Enter".
Palidezco.

La Línea 9, de dos ramales, no pasa ni siquiera cerca de la Facultad.
Ya de forma eléctrica, me dirigí hacia otras fuentes. Wikipedia, veamos. Artículo: "líneas de colectivos de Buenos Aires". Línea... A ver... 9, aquí está.
Cargando...

Es azul.
El 9 es azul.
Pero, pero... yo lo ví... Es VERDE

En un estado de confusión máxima, no pude hacer otra cosa que no fuera preguntar a mis compañeros: ¿de qué color es el 9 que vieron?

"Blanco, medio verde". "Verde claro, todo verde". "Rojo, como el 141". "Creo que era azul oscuro".

Crisis, crisis, caos y destrucción. Nada tiene sentido. Todo es ilógico. Me voy a dormir.

---

Pasan varias semanas. Ya había recuperado la compostura. Creo que es hora de salir de casa.
Hice mi querido recorrido usual, tomando dos colectivos para llegar a mi Universidad.
Bueno,  "querido" es un eufemismo de demencial, demoníaco, desagradable, e incómodo. Incómodo como tener que tener ropa mojada todo el día. Desagradable como encontrar una mosca en la sopa, junto con pelos, cucarachas, todo menos sopa.
Día muy nublado. Nubes negras flotaban sobre mí.
Estaba el 7 en la rotonda de Laguna, y yo dentro en el asiento de adelante de todo.
Estaba el 9 delante de nosotros.
"¡¡El 9!! ¡¡El 9!!" grité frenéticamente. Nadie pareció inmutarse. Ni siquiera el chófer, quien por mis gritos debería haber quedado sordo.

Acto seguido, como una paloma cuando descubre que la están siguiendo y se va volando, el 9 dobló por una calle en contramano y se desvaneció.
Al pasar por esa calle, miré hacia el horizonte, y no había rastro alguno del colectivo.
¿A dónde habría ido? No hay forma de que hubiera recorrido toda la cuadra y doblara en ese tiempo. Fueron apenas 2 segundos.
"¿Viste eso?", le pregunté al chofer.
No respondió, ni siquiera levantó la vista. Parecía como si yo estuviese viendo un video de un tipo manejando un colectivo, y estuviera dentro de él.
Miré a mi alrededor, y toda la gente estaba sentada silenciosamente, sin decir una palabra, ni mirar a nadie.

Llegamos a la parada de la Universidad, y toda la gente bajó a la vez. Yo bajé último.
Al pisar la calle mojada, esquivando los charcos, decido levantar la vista.
No había ningún 7, ninguna persona. Nadie había hecho ningún ruido.

Quizás se tomaron el 9.

0 comentarios:

¡Dejá tu comentario acá!

Para poner un comentario, escribí tu mensaje en la caja de texto y elegí en el menú desplegable como quién querés publicar el comentario. Si no tenés ninguna cuenta, seleccioná Nombre/URL o Anónimo. ¡GRACIAS!