Hola, muy buenas tardes.
Siempre estábamos sentados en el patio de comida, concentrados, viendo cómo la gente pasa y repasa, en los momentos en que la murga de información pasaba a hacerse presente. No era una murga habitual; solamente se trataba de dos personas que en lugar de ruido narraban con el mismo ímpetu una catarata de eventos, logros, sucesos y sensaciones propias que consideraban importante compartir con el resto de los seres. A veces se trataba de cosas realmente interesantes, como películas que se estaban por estrenar, o nuevas estaciones de subterráneo que la ciudad inauguró, pero en otras ocasiones a nadie le importaba la melodía informática que sonaba en ese momento. Más de una vez mencionaron cosas como que el precio de los peluches de Pocoyó había aumentado, o que las carpas de campamento venían en un nuevo estampado con cuadraditos. Pero por uno u otro motivo, o quizás por todos los motivos en conjunción, estos personajes se hicieron muy conocidos en la cultura popular de la gente del patio.
Uno de estos días, quizás el 11 de noviembre, tuve la intención de llevar a cabo uno de mis shows de stand-up y clases de cocina que tanto le agrada a toda la gente. Es en simultáneo, stand-up y clases para cocinar porotos. Había estado averiguando en varios lugares, pero el que tenía en mente era uno muy especial. El patio de comidas tenía además un auditorio para presentaciones de… bueno, no tengo idea, pero la sala estaba allí.
Uno de los tantos días que estaba aburrido en el verano fui a este lugar y comencé a preguntarle a cada cosa que se moviera cómo podía yo hacer para conseguir el lugar y hacer mi show allí. Los de la oficina 314 me dijeron "no sé, preguntales a los de la 618". En la 618, me sugirieron consultar con la 2718. Al llegar a la 2718, se vieron confundidos por mi presencia y me enviaron a preguntar en recepción. Este ciclo continuó hasta que mi cuerpo estuvo embebido en sudor, y algunas lágrimas.
Estaba ya en la puerta, a punto de volverme a casa a comer bananas, pero tuve una idea.
"La murga… ellos hacen muchas cosas… vomitan información… deben comer mucha para poder hacer eso. Voy a preguntarles."
Claro que la murga tiene su propia oficina. Es la número 5752.
Subí las escaleras gateando, hasta el piso 57, y les toqué el timbre con el pie.
No obtuve respuesta, así que pegué un grito. Nada. Pateé la puerta, y al derribarla vi que tenía que entrar por la otra que estaba abierta. Pero no se molestaron en lo más mínimo.
"¿Que deseas, joven?", me espetaron.
"Hola. Quiero reservar el auditorio."
*¿Así sin más? Bueno. Mandá un mensaje a este número."
La recepcionista me mostró un número de 10 cifras en la pantalla de su celular, y me obligó a memorizarlo en tres segundos.
"Ni una palabra de esto a nadie. Ese es el número de Nikola, el Comandante Primero de la Murga de Lasparedes."
Sentí un gran honor por recibir este contacto, el del miembro con mayor jerarquía de la Murga, ahora con mayúsculas. Yo lo había visto muchas veces en sus actuaciones liberando información en el patio. Saludé a la empleada con una reverencia japonesa y me fui corriendo, antes de que me preguntaran para qué quería el auditorio.
Inmediatamente después de irme corriendo tomé un colectivo, la línea 26, y me senté.
Abrí WhatsApp, y envié un mensaje al número que había memorizado y agendado como "Nikola Murga". Nunca me dijeron el apellido. Ni siquiera sé si el nombre es real.
Mi mensaje decía algo así:
"Buenas buenísimas tardes, Nikola. Me dieron tu número en la oficina 5752. Tenés el honor y gusto de hablar con Diego Tripudio. Soy un organizador de eventos de stand-up y clases de cocina, y quería saber si desde la Murga me podrían conseguir el auditorio para mostrar ahí mi excepcional show. Quedo atento a tus respuestas, te envío un saludo muy cordial por fax."
No tardó más de cinco minutos en responder. Pero cinco minutos pasada la medianoche, porque tardó casi 12 horas en leer mi mensaje.
"Hola, muy buenas tardes. Soy Nikola. Ese puede ser o no ser mi nombre real, pero lo que importa es que llegaste a mí. Solo un grupo selecto de personas tienen contacto directo conmigo, así que espero que esto valga la pena. Pero como hoy es el día nacional de las Buenas Acciones en Transnistria, mi país de origen, voy a concederte el privilegio de reservarte el auditorio sin ningún cuestionamiento. Decime en qué fechas lo precisás."
Pensé que nada más afortunado podría suceder a tener el número de Nikola, pero al parecer sí. Y eso que Transnistria es reconocido como país por sí mismo y uno o dos países más (que tampoco son reconocidos por nadie menos ellos mismos). No le hice caso. A mí me sirve.
"Gracias gran Nikola. Yo lo preciso para el día 29 de de febrero. Así es, el día day, el día que muchos creen imposible, el día falso, pero es verdadero. Me gustaría hacer mi show el día 29 de febrero."
"Hola, muy buenas tardes. Bien Diego, te consigo el lugar para el 29 de febrero sin rodeos. Me gusta la idea de stand-up con clases de cocina. Saludos muy cordiales y vampirescos. Después decime qué tipo de sangre sos."
Noté sólo dos cosas raras en este mensaje: la primera, es que comenzó deseándome buenas tardes aunque lo había hecho hace pocos mensajes, y todo esto, de noche. La segunda, que le gustara la idea del stand-up con clases de cocina.
Me fui a dormir con una sonrisa, pensando en qué buena elección había sido ir a hablar con esta gente.
Pocas veces dormí tan bien como esa noche.
Al despertarme, vi que tenía veinticinco mensajes sin leer. Veinticuatro eran memes de gente en grupos. Y uno era de Nikola Murga.
"Hola, muy buenas tardes. Diego, lamento informarte que el proceso de la reserva será más tedioso de lo que esperaba. La gente del auditorio me dice que no está segura de abrir el día 29 de febrero porque son de una secta supersticiosa que no cree en el calendario. Voy a hacer lo posible por convencerlos de que no es un invento de El Satán, y que el 29 de febrero es una fecha hermosa y bella y pura. Espero que mi buena predisposición te dé ganas de decirme tu grupo sanguíneo. Hablamos pronto. Un saludo a vos."
Al ver el "hola, muy buenas tardes" me reí. Eran las 9 de la mañana. Y el mensaje lo había mandado a las 7:29 am. En fin, nada raro había en el mensaje, y eran todos buenos augurios. Yo ya lo había visto actuar a Nikola en persona. Una vez había visto con mis propios ojos cómo convencía a una anciana de que se comiera una hamburguesa quíntuple entera. Y lo hizo. Yo no lo podía creer. La abuelita nunca comía más que un bocado, y esa vez se mandó entera la Stacker. No la vimos más después de ese día. Creemos que pide delivery ahora.
Pasé el resto del día mordiéndome un poco las uñas, pero nada grave. No sangró demasiado.
Ese día no dormí tan bien.
A la mañana, no tuve ningún mensaje de Nikola.
Al otro día, tampoco.
Pasó toda la semana, y no recibí nada.
Finalmente decidí escribirle.
"Nikola, no me dijiste más nada. ¿En qué quedamos bro?"
Enseguida me respondió:
"Hola, muy buenas tardes. Diego, ya casi consigo el lugar. Me falta un trámite nada más. A la tarde te escribo."
Esto me relajó, y por fin pude volver a dormir después de 11 días.
Ni llegué a darme cuenta de que me estaba diciendo buenas tardes a las 2 de la mañana.
Me desperté.
Ya era el día.
La gente de la Academia de Stand-Up y Cocineros me había contactado avisándome que la fecha límite para anunciar el evento era hoy. Yo les había hablado anteriormente y ellos estaban al tanto de mi intención de hacer el evento.
Pero yo aún no tenía una confirmación de Nikola.
Ese día me comí más uñas que las que un humano puede llegar a digerir. Las de las manos, las de los pies, y no estoy especificando de cuánta gente.
Me dediqué a pasar todo el día mirando una pared, hasta que fueran las 00:00 y la fecha límite cediera, así podría pegarle un cabezazo a la pared que tenía clavado un tenedor con la punta mirándome.
Pero, a eso de las 14:27, llegó el mensaje.
"Hola, muy buenas tardes. Diego querido, tenemos el lugar. Abrazo titán, we did it. Me voy a tomar unos vasitos de sangre."
No terminé de leerlo que ya estaba llamando a la ASUC para informarles que el evento SE HACÍA, CARAJO.
Saqué el tenedor de la pared, y me comí una porción de torta. La más rica del mundo.
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Pasaron varios días; ya estaba casi todo listo para el evento, en lo que recibo una notificación de Telegram. Decía "Nilsson de Laescalera te ha enviado un mensaje".
Este personaje, recordé, era otro de los de la Murga. O al menos de allí me sonaba el nombre. Se había vuelto un personaje gracioso entre nosotros dado su excentriquísimo nombre, y me pareció improbable que se tratara de alguien más. Me causó muchísima gracia la situación, y no pude evitar pensar "estas cosas sólo me pueden suceder a mí".
Abrí la aplicación, y leí lo siguiente:
"Hola Diego. Soy Nilsson de Laescalera, representante de eventos de Stand-Up y cocina del auditorio de Lasparedes. Escuché que hace unos meses pasaste a averiguar por la oficina 314. Te derivaron por todos lados porque justo ese día había un empleado nuevo, pero era el lugar indicado. Decime, ¿cómo te puedo ayudar? Podré conseguir el lugar para marzo o abril, febrero es imposible."
Un poco me impactó. ¿Cómo es que tanto tiempo después alguien se acordó de esto? ¿Nikola no le avisó nada?
Pero lo que más me movió es tener contacto directo con el MISMÍSIMO Nilsson de Laescalera. El personaje que se había vuelto un chiste interno gigantesco, ahora era un contacto real. En fin. Me puse los anteojos de sol, preparé el dab, y le contesté:
"Querido Nilsson, ya hablé con Nikola, el Comandante Primero de la Murga de Lasparedes, y me consiguió el lugar para el 29 de febrero. ¿Podrías ayudarme con la difusión del evento?"
Inmediatamente Nilsson me pasó su número de WhatsApp y terminamos de concretar todo por ese medio.
Yo no lo podía creer. El número de teléfono de Nilsson de Laescalera. Tenía el lugar para mi show. Tenía contacto directo con Nikola. Tenía chances de hacer más shows en el futuro cercano. Esto no podía ser real.
Y antes de poder terminar de procesar estos pensamientos, recibo otro mensaje. Este era de Alejandro Joon-ho, un conocido del colegio que ahora estaba estudiando cine.
"Hola Diegazo. Ví un anuncio de tu show en Instagram. Quiero hacer un documental sobre el Stand-Up cocina. Hablamos mañana al respecto."
Tan conciso, tan al pie… pie, eso me recuerda a cuando pateé con el pie la puerta de la oficina de la Murga. En fin, demasiadas cosas. No puede ser todo real. NO puede.
Voy a ser franco. Apenas terminó toda esta seguidilla de sucesos de una escalada relevancia y carácter épico, me encerré en la escalera y me puse a escribir un texto al respecto. Cuidé los detalles, y cambié los nombres, situaciones, todo menos la esencia de la historia.
Todo lo que ha pasado, y aún no me explico por qué Nikola me desea buenas tardes a la noche, madrugada, y a la mañana…
Algunos dicen que es una maldición de su pueblo ancestral… sólo termina cuando alguien le responde con "hola, muy buenas tardes"... De momento no puede empezar sus mensajes con otras palabras. Nadie sabe. Transnistrianos. Espero que no sea contagioso.
Así las cosas, espero tengan una muy buena tarde.
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