Un día, en el que no había pasado nada interesante...
"La vecina de abajo llamó ayer..."
"Uh, ¿qué quiere ahora?"
"No, dice que... Que le cae agua del techo."
"Jodeme... ¿Otra vez? Pero si ya habíamos roto todo hace dos años y se había solucionado..."
"Y, bueno. Qué querés que haga."
Así empezaba un arreglo bastante molesto, aunque aparentemente inofensivo.
Un caño del baño, o, mejor dicho, una unión pobremente confeccionada entre dos caños, finalmente estaba teniendo un efecto negativo sobre el techo de la vecina.
En la mudanza, hace ya tantos años, habían aconsejado dejarlo así porque iba a aguantar 'unos cuantos años más'. Aparentemente, ya habían pasado esos "cuantos años".
"Em... ¿Tenés el número de algún plomero?"
"Sí, tengo un amigo que conoce unos que son de confianza y trabajan bien."
"Bueno, dale, llamalos, que total esto va a haber que arreglarlo algún día."
Los primeros nunca llegaron. El segundo, tampoco. Todos alegaban que "el lunes a tal hora paso", pero todavía no se sabe a qué lunes se refirieron (quizás era un lunes de dentro de 15 años).
Finalmente, al enésimo intento, unos trabajadores de la plomería se dignaron a ir a la casa a ver el problema.
"Mirá, el problema es algo así... Había un caño que s-"
"Dale, empiezo a picar acá el piso"
Y antes de terminar de pensar la respuesta, el piso tenía un martillazo.
Trabajaron. En el transcurso de algunos días, rompieron las baldosas que cubrían el trayecto del caño malo, y lo repararon.
En el lugar donde antes había una ducha, ahora había una pileta de natación. Un pozo ciego lleno de agua con colores dudosos, el inodoro puesto dentro de la bañadera, y entrar a este baño no era muy distinto a caminar por un pantano a zancadas, intentando pisar las zonas que más firmes parecieran.
Las clases virtuales fueron muy divertidas durante este tiempo, al tener una experiencia 5-D de sonido envolvente de mazazos, sierras eléctricas cortando cañería, polvo hasta en las pestañas, y mucha alegría para toda la familia. ¡Gran atracción!
Por suerte, después del fin de semana van a volver, van a poner las baldosas, y ya se va a haber terminado. Una semana sola de molestias, y será solo un mal recuerdo.
Miércoles, 11:30 a.m.
"Listo señor, nosotros volvemos mañana a las 8:30 a.m., por hoy terminamos."
No voy a decir que fue rápido, pero por lo menos terminó. Tardaron un poco más de lo esperado, pero al menos ya se puede usar de nuevo el baño. La ducha la habilitaron recién ayer (solo se podía entrar esquivando las aberturas en el piso que lo conducirían a uno al más allá en caso de pisarlas), y estar bajo el agua era equivalente a realizar una infusión de mugre.
Qué bueno. Al menos el piso está terminado, y el inodoro en su lugar.
En su lugar. Aproximadamente. Un poquito desplazado hacia el costado.
Upa. Bastante.
Ah. Buenísimo. Gracias. No entra el papel higiénico porque la mochila del inodoro está demasiado cerca del soporte. Qué copado. Por suerte no acaban de terminar de hacer todo el piso nuevo.
"Che. No entra el papel."
"Jaja, ¿te imaginás?"
"No, es que, no entra. Pusieron el inodoro muy cerca."
"..."
"..."
Por suerte nadie había tenido que operar a su perro en estos días, y tampoco se le había infectado un punto de la costura de la herida por culpa de la mugre infinita. Eso es tan falso como decir que el papel entraba sin problemas.
Jueves, 12:30 p.m.
"Buen día, disculpe la demora, tuvimos un desperfecto con el auto. Ahora terminamos de poner la pastina que falta y ya -"
"Tomá."
"Disculpe, ¿qué hago con este rollo?"
"Ponelo en el soporte."
...
"Uhh, pero bueno, no se haga problema, se puede mover el soporte o si no, vio, ponga otro que apunte para el otro lado, usted me dice después"
"¿Vos viste donde pusiste el inodoro? Está a medio metro de la pared y antes estaba casi pegado. ¿Trajeron la regla o miden con el ojo?"
"Bueno, no se preocupe, hoy lo movemos y va a ver que le queda perfecto. No se haga problema. Eso sí, me va a tener que comprar más baldosas porque las que teníamos se nos rompieron todas"
"¿Cómo que todas? Tenían de sobra como para poner en toda la casa, Hernán."
"Y, pero bueno, vio, como son de cerámica se rompen fácil, vio, cortamos ahí porque sobraba medio centímetro más o menos y vio que se rajan de nada. Y si no, yo conozco un proveedor que me hace buen precio y tiene materiales de buena calidad. Va a poder cambiar todo el piso por porcelanato que va a ver que le va a gustar. Yo le consigo, hoy mismo hablo con mi socio."
"Acaban de terminar el piso."
"Sí, pero vio, yo le digo por el costo de estas baldosas que tiene ahora, si vamos a romper para mover el inodoro le conviene hacerlo todo de nuevo con otro modelo que yo le traigo"
"Bueno, dale. Porque la verdad que este piso como lo hicieron quedó muy desprolijo. Las juntas parecen unidas con, qué se yo, con nesquik."
"Hoy le hablo a mi socio y después le aviso a usted."
Así se retiró Hernán. Se subió a su auto, y se marchó a los terrenos abandonados de Glew.
[en el celular] "Hola, ¿me escuchás, Sergio? Andate ahora si podés para la casa esa, la de la avenida Yrigoyen, que necesito unos porcelanatos para un baño. Síí, jajaja, no sabés, le pusimos el inodoro en cualquier lado, jajaja, ahora quieren hacer el piso todo de nuevo. Hoy nos vamos al casino, Sergito"
El encuentro con Sergio fue muy rápido. Sergio trajo las herramientas, y Hernán la camioneta. El dueño de la casa había fallecido hace unos meses, y como nadie había visto nunca familiares suyos, Hernán y sus amigos aprovecharon y desmantelaron su casa por completo. Materiales gratis.
Viernes, feriado.
Sábado.
Domingo.
Lunes, feriado.
Martes, 10 a.m.
"Estos tipos no van a venir más... ¿Te habían dicho que el viernes feriado venían, no? ¿Cómo fue que te dijo?"
"Me dijo: 'Perdoname, Damián, pero mañana no vamos a poder ir. Estoy muy complicado.' Así nomás me pone, el jueves a la noche."
"Qué tipos... ¿Y hoy dijeron que venían a las 8, no?"
"Sí, qué sé yo qué van a hacer. Todo el piso a medio hacer y el inodoro en cualquier lado. Ya estoy re podrido de bañarme con vasitos."
riiing
"Uh, dios mío, seguro es el correo o alguien equivocado, ni en pedo son estos tipos"
Ah, pero eran. Se habían quedado secos después de ese fin de semana XXL loco. ¿Podés creer que les pagaron por adelantado? Hay que ser...
"Hola señor, mire acá le traigo los porcelanatos que me pagó, fíjese la buena calidad mire que buen brillo que tienen"
[para sus adentros] Hay uno con el borde roto. Es imposible comprar uno así o que se le haya roto en el camino. Esto parece sacado de algún lugar. Bueno, pero no se van más sino.
[para afuera] "Sí, sí, están buenos. ¿Cuándo terminarían con el piso?"
"Y, yo calculo, mire, estimo más o menos dos días más y ya estamos."
[para sus adentros] Por favor que se vayan de una vez.
Miércoles, 11 p.m.
"NO puede SER que no puedan poner una baldosa derecha!!! Es INCREÍBLE!!! DIOS. ¿Se fueron sin avisarte, encima?"
"Sí... ya te lo dije mil veces. Yo estaba en mi habitación en una reunión y se fueron así nomás. Ya lo reputeé por WhatsApp pero no lee. Encima soy tan boludo que le pagué otra vez por adelantado."
"AH bueno. Vos no das más..."
Jueves, 5:30 a.m.
riiing
[con sobresalto] "¡Ehh! Qué carajo fue eso." [se mueve en la cama buscando la tecla de la luz]
[caminando hacia el portero eléctrico]
riiing
"Ya VOY, carajo! Cinco y media de la mañana un jueves, la rreputa madre."
[atiende]
"¿Hólá?"
"Hola señor, mire soy yo Hernán, sabe que veníamos temprano por acá para hacer otro trabajo pero chocamos el auto en su puerta."
"¿¡Qué!?"
"Mire, yo no lo quiero asustar, pero la puerta está prácticamente abierta."
"¿Hernán, ¿¡vos me estás jodiendo!??"
Efectivamente, no. Ahí estaba el auto de Hernancito. Incrustado en la puerta de la calle.
"Pero mire, yo conozco un carpintero de confianza que le va a arreglar esto muy bien, va a ver."
Digamos que a causa del sueño, y del sobresalto, el carpintero de confianza ya estaba contratado después de esto.
"Bueno, mire, ya que estoy acá, ¿no quiere que pase y le veo lo del baño?"
"Hernán, por favor, por el amor de IESVS INRI, terminá esta obra de una vez."
"Sí, sí, usted quédese tranquilo que va a ver que le va a quedar muy bien."
Jueves, 1:30 p.m.
El baño era tierra de nadie. El piso que habían terminado no existía más, y la unión de este piso con el de mármol negro, parecía arrancada con los dientes.
El mueble de madera estaba completamente rayado, y una de sus uniones con la pared destrozada después de que Hernán, con sus 120 kilos de alegría, se sentara ahí a comer un sanguchito de jamón crudo con 7-Up.
La puerta de vidrio también estaba rota, porque habían tenido que sacarla para... Quién sabe para qué.
En la cena, todos estuvieron completamente mudos. Nada podía salir bien nunca más.
El perro ya se había mejorado, pero la suciedad de la casa tendía a infinito, y por cada arreglo que se hacía, se rompían dos cosas nuevas.
Viernes, 5 p.m. (pero tres meses después)
"Sí, hola, buenos días, quería reservar una habitación para cuatro por una semana, ¿es posible? Ah, que no aceptan tarjetas de crédito. No, no, yo buscaba alguno que aceptara el plan 'pague cuotas hasta que se muera'. Bueno, gracias."
Después de arreglar los pisos, la puerta de la entrada, la puerta de vidrio, la columna, haber pintado las paredes, movido el inodoro, los caños, la mesa de la entrada que un día la serrucharon sin querer, las ventanas que se rompieron el día que se les cayó la maza por accidente, el brazo de Hernán que un día se fracturó porque se le cayó un cacho de mampostería del techo, el techo que se le cayó a Hernán en el brazo, la baldosa del piso que se rompió por el cacho de techo que le cayó, el dedo de Damián que se rompió después de pegarle una piña a una viga de hierro en un ataque de cólera, el celular de Damián que se le cayó del bolsillo cuando le pegó a la mesa, la vereda porque un día se tiró uno de los plomeros por la ventana "para bajar más rápido" cayendo arriba de un auto, el auto del hombre que lo había estacionado ese día en la vereda, el auto de al lado porque ese auto tenía un desperfecto en el tanque y explotó, la fachada de la casa porque la explosión le derritió la pintura, nuevamente las ventanas porque explotaron todas (pero tapadas con bolsas de basura nada más), el macetero del árbol porque se abrió un pozo en la calle por un corrimiento de tierra, la otra mano de Damián porque le pegó una piña más fuerte que la primera a Hernán un día que se lo cruzó por la calle, y el corte de pelo de su hijo, Damián pudo pagar su fianza y recuperar la libertad.
Vendió su casa por el terreno y ahora hay un edificio de 14 pisos ahí. Vive con su familia felizmente en la casa de Glew que le alquila Hernán.
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