Bienvenido al sector de Internet que no sabías que existía.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Bichitos

Si esto aún no pasó... ¿pasará?

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Ya no había sol en el cielo, ya no había sonidos afuera, ya habíamos cenado. Todo indicaba que era la hora de dormir.

Metido entre las sábanas y frazadas, intentaba en vano recordar la última vez que se habían cambiado.

Debían estar ahí desde el primer día que hizo frío. O empezó a refrescar.

Estando vecinos a la primavera, esto había sido hace un rato ya.

Pensaba... ¿3 meses? ¿4 meses? ¿Están desde el invierno anterior, 1 año? No se sabe. Pero andan.

La cama está empotrada en un lugar rebuscado, de difícil acceso cuando se habla de cambiar las sábanas. Podría tranquilamente suceder que tu espalda se convierta en una copia fiel de la del David, insultos mediante.

No es fácil cambiarlas. Y, más importante, no parece necesario. Sumándole la volatilidad del tiempo, los meses pueden transcurrir como si nada, y las sábanas permanecer ahí.


Además, convierte al dueño en un benefactor social. O 'sucial'.

Esta cama que me estaba dando cobijo, también lo hacía a unos bichitos de tamaño pequeño que alguna que otra vez había visto por ahí.

No sé de dónde vinieron, pero ahí andaban. Charlamos un par de veces, incluso llegamos a jugar unas manos de truco.

También nos divertimos jugando a las peleas juntos, cuando aparecían montados en mis brazos o piel en general.

Ese día, ya metido en la cama calentita, tapado con todas las capas hasta arriba, salía solo un chorrito de luz proveniente del celular entre la oscuridad espesa de la habitación, celular que había agarrado para conversar un poco por WhatsApp antes de zambullirme en el sueño.

Siento un poquito de comezón en la piel. Me causó gracia, porque yo le había dicho a los bichitos que no me molestaran para dormir.

Me rasco, y le comento esta curiosidad a mis contactos por el celular.

Es interesante, porque llegado un punto ya no sabemos qué es real, y qué es invento del cerebro.
Empiezan a picar más partes del cuerpo. Me sigo riendo, como si me estuvieran haciendo cosquillas mis amiguitos.

Pican un poco más. Levanto las sábanas y me fijo. No había nada.
"¡Qué curioso! Me lo estoy inventando todo. Ya me dejaron en paz, son respetuosos y como les dije que no me piquen no me pican."
A vos te debe estar picando el cuerpo ahora, y no hay ningún bichito por ahí. ¿No? El cerebro es curioso. ¿No?

Hasta que siendo una mordida.
¡Me parece muy divertido que el cerebro pueda crear sensaciones así, tan reales, tan intensas!

Me toco, en el muslo, y siento algo húmedo y que me duele, como una herida recién causada. Justo donde había sentido la mordida. ¡Increíble! No sabía que podía generar una sensación tan real solo con la mente.

Dejo el celular a un costado, y la oscuridad de la habitación se vuelve ahora total.


Más cosquillitas. Ahora en los pies. En ese extremo de la cama, las sábanas se están saliendo un poco y siento un poquito de frío.

Ya se habían caído todas las capas de ropa de cama al piso, unas 4 o 5 veces en todo el tiempo en el que estuvieron en servicio.
Ante la vagancia de buscar sábanas nuevas, opté por dejar esas mismas, total el piso no estaba tan sucio. El rocío de la noche lo limpiaba a diario.

Siento algo suave entre mis dedos del pie izquierdo. Exclamo un sonido medio risa, medio nervioso, porque ya me estoy empezando a molestar. Digo. Sean los bichitos o sea yo, ya quiero dormir.

Cierro los ojos, me ladeo hacia un costado, y decido ignorar todo esto para dedicarme a dormir de una vez.

En el oído nunca me entran bichos.
Por eso cuando sentí un cienpiés caminando e introduciéndose en el conducto auditivo, supe que no era real. Y cuando pasó el segundo, lo mismo. Los ignoré con seguridad.


"Mañana creo que debería cambiar las sábanas", pensé, porque ya me iba a quedar esta sensación de incomodidad, como un recuerdo rarito, y prefería dormir bien antes que eso.

Pero no llegué a terminar de pensarlo, porque ahí escuché por primera vez el ladrido y gruñido. "Ah, bueno, es 4D este espectáculo." Y lo era.

Mis dedos del pie, a juzgar por el sonido, eran parte de su cena ahora. "Ufa, están a full estas imaginaciones. Debo estar semi dormido semi soñando."

Dolía. Bastante. Y empecé a sentir también el fluido caliente colorado saliendo de ahí, posiblemente manchando el colchón o la sábana. "Bueno, si fuera real tendría un motivo para cambiarlas", pensé, y me reí.

Y ahí es cuando cae el árbol.

Al lado mío, se cae un pino de 30 metros de altura. Y no hace ruido.
Ni un decibel.

¿Cómo sé que cayó? Por los pájaros que volando me golpearon en la cara justo después de que las ramas me rasparan todo.
Pero ya estaba durmiendo, así que no era nada tan terrible.

Es una buena idea ignorar todo lo que pasa y concentrarse en nada, para relajarse y poder dormirse mejor.


Funcionó bien, porque después de eso me desperté en el hospital, con la pierna enyesada, el muslo morado, y miraba a mi alrededor un poco confundido mientras me explicaban que me habían extraído varios insectos del tracto auditivo, y que no debería tirarme en el medio del bosque durante la noche así nomás, que me iban a ayudar, etc.

No entendí bien por qué me decían eso, capaz me hablaban de una peli, o me dijeron "vos qué" y yo entendí "bosque", en fin.

No sé qué habrán hecho con las sábanas, espero que las hayan lavado porque si voy a dormir de nuevo ahí me va a picar un poquito la piel.

miércoles, 7 de abril de 2021

Programas autorreplicantes (guía)

 Esta es una guía para escribir un programa que, al ejecutarlo, imprime su propio código. (No hablo de que sale por una impresora en una hoja, imprime en pantalla...)

¿Es posible hacer esto? Sí. Por algo te hice esta guía. Empecemos.

Introducción

Este tipo de programas (llamados quine, o ouroboros en inglés) se puede hacer de muchas formas. Hay gente muy loca que inventa todo tipo de formatos para llevarlos a cabo, variando entre lenguajes, por supuesto.
En Python se puede ver un ejemplo muy, muy corto de un programa que se autorreplica al ejecutarse:

s='s=%r;print(s%%s)';print(s%s)

Ese programa de una sola línea es código perfectamente válido en Python, y al ejecutarlo imprime en pantalla exactamente los mismos caracteres que conforman su código fuente.
Puede ser un poco raro de entender, pero su funcionamiento es en realidad sencillo (valiéndose de algunas curiosidades sintácticas) y sigue los mismos principios que voy a comentar en la guía.

No voy a explicar ese programa, sin embargo.

Idea principal

Todo quine típicamente debería tener estos componentes, de alguna manera:
  • Su código
  • Una representación de su código como texto
  • Una instrucción que imprima esa representación
En el caso anterior en Python, la variable s es una cadena (string) que contiene el código fuente del programa, no de forma exacta, sino de una forma que al printear (con ciertas modificaciones) producirá el código fuente.
Veamos cómo replicar esto en un programa en C.

Pasos a seguir

Voy a dar una serie de pasos para recrear esto en el lenguaje C. Es relativamente sencillo y mecánico si consideramos algunas cosas.

  1. Escribir un programa que haga algo. Nos vamos a dar la libertad de hacer uno que no haga nada, excepto printearse a sí mismo, en esta ocasión.
  2. Crear una variable que contenga TODO el código fuente, reemplazando las nuevas líneas, tabulaciones, comillas dobles por %c, y a sí misma por %s. Manejaremos esto posteriormente.
  3. Agregar una línea de printf() inmediatamente antes del fin del programa. Esta será la encargada de printear el código fuente. Hay que agregarla en la cadena también.
  4. Acomodar los argumentos de printf() para que reemplace cada %c por el carácter necesario, y %s por la cadena que definimos.
    Escribiremos su representación en ASCII para cada %c, como número decimal, para mayor facilidad. Estos son carácteres que nos complican especialmente la vida en la generación de quines, ya que se representan como secuencias de escape en las cadenas (\n, \t, \" respectivamente. Mucho lío manejar esto, porque la barra \ también necesita ser "escapada" en la representación. Mejor ASCII):
    1. nueva línea = 10
    2. tabulación = 9
    3. comillas dobles = 34
  5. Escribir los argumentos del printf() en la cadena de texto, ejecutar el programa, y gozar.
Ahora vamos a ver un ejemplo práctico de esto.

Manos a la obra

Empecemos escribiendo una plantilla básica de un programa en C:

#include <stdio.h>
    int main() {
        return 0;
    }
Uno podría hacer que este programa haga algo, pero decidimos dejarlo así para esta guía. Si se ejecuta eso, solamente retorna 0 y termina su ejecución.

Vayamos al paso 2 y agreguemos una variable para contener la cadena. Dejémosla vacía por ahora.


        #include <stdio.h>
            int main() {
                char cadena[]="";
                return 0;
            }
    

Agreguemos la línea del printf() a continuación:


        #include <stdio.h>
            int main() {
                char cadena[]="";
                printf(/* para completar */);
                return 0;
            }
    

Y pasemos a ensuciarnos las manos. Vamos a completar la cadena con todo el código fuente. Vayamos de a poco.
Vamos a ver cómo debería lucir esa cadena solita:


        "#include <stdio.h>%cint main() {%c%cchar cadena[]=%c%s%c;%c%cprintf(/* para completar */);%c%creturn 0;%c}"
    

Pero, ¿quejesto?
No entrar en pánico.
Es el programa, puesto en una línea sola, y cambiando lo que dije que había que cambiar:
  • Saltos de línea por %c
  • Tabulaciones por %c
  • Comillas dobles por %c
  • La cadena en sí por %s
No te mentí. Yo te había avisado de esto. 👀

Entonces, pongamos eso en la variable que creamos.


            #include <stdio.h>
                int main() {
                    char cadena[]="#include <stdio.h&t;%cint main() {%c%cchar cadena[]=%c%s%c;%c%cprintf(/* para completar */);%c%creturn 0;%c}";
                    printf(/* para completar */);
                    return 0;
                }
        

Completemos el printf() ahora.
Es fácil: primero, va la cadena. Después, el valor de cada elemento a reemplazar en el formato de la cadena (son los %c y el %s).

Como vemos que el primer %c corresponde a un salto de línea, el primer número será un 10.
El segundo es otro salto de línea, otro 10.
El tercero es un tab, entonces ponemos 9. Etc.

Esa línea debería quedar así:


            printf(cadena,10,10,9,34,cadena,34,10,9,10,9,10);
        

Vemos que para el lugar de %s pusimos simplemente el nombre de la cadena, y para las comillas, 34.

Entonces lo ponemos en el código:

            #include <stdio.h>
                int main() {
                    char cadena[]="#include <stdio.h>%cint main() {%c%cchar cadena[]=%c%s%c;%c%cprintf(/* para completar */);%c%creturn 0;%c}";
                    printf(cadena,10,10,9,34,cadena,34,10,9,10,9,10);
                    return 0;
                }
        
Y no olvidemos de cambiar lo que dice /* para completar */ en la cadena también:

            #include <stdio.h>
                int main() {
                    char cadena[]="#include <stdio.h>%cint main() {%c%cchar cadena[]=%c%s%c;%c%cprintf(cadena,10,10,9,34,cadena,34,10,9,10,9,10);%c%creturn 0;%c}";
                    printf(cadena,10,10,9,34,cadena,34,10,9,10,9,10);
                    return 0;
                }
        

Y como dice el último paso, queda compilar, ejecutar el programa, y gozar. Porque ya terminamos.

Se puede compilar (usando quizás gcc programa.c), y ejecutar, para ver que efectivamente se imprime en pantalla exactamente el código del programa.

Incluso se puede ejecutar esta serie de comandos (en alguna plataforma basada en Unix) para verificar que funciona. Con un fuente hola.c:
gcc hola.c -o hola.out touch nuevo.c ./hola.out > nuevo.c gcc nuevo.c -o nuevo.out ./nuevo.out
Y debería printear nuevamente lo mismo.

Quiero más

Te dejo algunos links.

Chau

Nos vemos.

jueves, 22 de octubre de 2020

Parque Chas

Hay gente que tiene ideas demasiado locas.

Demasiado buenas como para ser reales.

Pero algunas se llevan a cabo. 




lunes, 19 de octubre de 2020

Pérdida de agua

Un día, en el que no había pasado nada interesante... 

"La vecina de abajo llamó ayer..."

 "Uh, ¿qué quiere ahora?"

"No, dice que... Que le cae agua del techo."

"Jodeme... ¿Otra vez? Pero si ya habíamos roto todo hace dos años y se había solucionado..."

"Y, bueno. Qué querés que haga."

Así empezaba un arreglo bastante molesto, aunque aparentemente inofensivo.
Un caño del baño, o, mejor dicho, una unión pobremente confeccionada entre dos caños, finalmente estaba teniendo un efecto negativo sobre el techo de la vecina.

En la mudanza, hace ya tantos años, habían aconsejado dejarlo así porque iba a aguantar 'unos cuantos años más'. Aparentemente, ya habían pasado esos "cuantos años".

"Em... ¿Tenés el número de algún plomero?"

"Sí, tengo un amigo que conoce unos que son de confianza y trabajan bien."

"Bueno, dale, llamalos, que total esto va a haber que arreglarlo algún día."

Los primeros nunca llegaron. El segundo, tampoco. Todos alegaban que "el lunes a tal hora paso", pero todavía no se sabe a qué lunes se refirieron (quizás era un lunes de dentro de 15 años).
Finalmente, al enésimo intento, unos trabajadores de la plomería se dignaron a ir a la casa a ver el problema.

"Mirá, el problema es algo así... Había un caño que s-"

"Dale, empiezo a picar acá el piso"

Y antes de terminar de pensar la respuesta, el piso tenía un martillazo.

Trabajaron. En el transcurso de algunos días, rompieron las baldosas que cubrían el trayecto del caño malo, y lo repararon.

En el lugar donde antes había una ducha, ahora había una pileta de natación. Un pozo ciego lleno de agua con colores dudosos, el inodoro puesto dentro de la bañadera, y entrar a este baño no era muy distinto a caminar por un pantano a zancadas, intentando pisar las zonas que más firmes parecieran.

Las clases virtuales fueron muy divertidas durante este tiempo, al tener una experiencia 5-D de sonido envolvente de mazazos, sierras eléctricas cortando cañería, polvo hasta en las pestañas, y mucha alegría para toda la familia. ¡Gran atracción!

Por suerte, después del fin de semana van a volver, van a poner las baldosas, y ya se va a haber terminado. Una semana sola de molestias, y será solo un mal recuerdo.


Miércoles, 11:30 a.m.

"Listo señor, nosotros volvemos mañana a las 8:30 a.m., por hoy terminamos."

No voy a decir que fue rápido, pero por lo menos terminó. Tardaron un poco más de lo esperado, pero al menos ya se puede usar de nuevo el baño. La ducha la habilitaron recién ayer (solo se podía entrar esquivando las aberturas en el piso que lo conducirían a uno al más allá en caso de pisarlas), y estar bajo el agua era equivalente a realizar una infusión de mugre.

Qué bueno. Al menos el piso está terminado, y el inodoro en su lugar.
En su lugar. Aproximadamente. Un poquito desplazado hacia el costado.
Upa. Bastante.

Ah. Buenísimo. Gracias. No entra el papel higiénico porque la mochila del inodoro está demasiado cerca del soporte. Qué copado. Por suerte no acaban de terminar de hacer todo el piso nuevo.

"Che. No entra el papel."

"Jaja, ¿te imaginás?"

"No, es que, no entra. Pusieron el inodoro muy cerca."

"..."

"..."

Por suerte nadie había tenido que operar a su perro en estos días, y tampoco se le había infectado un punto de la costura de la herida por culpa de la mugre infinita. Eso es tan falso como decir que el papel entraba sin problemas.

Jueves, 12:30 p.m.

"Buen día, disculpe la demora, tuvimos un desperfecto con el auto. Ahora terminamos de poner la pastina que falta y ya -"

"Tomá."

"Disculpe, ¿qué hago con este rollo?"

"Ponelo en el soporte."

...

"Uhh, pero bueno, no se haga problema, se puede mover el soporte o si no, vio, ponga otro que apunte para el otro lado, usted me dice después"

"¿Vos viste donde pusiste el inodoro? Está a medio metro de la pared y antes estaba casi pegado. ¿Trajeron la regla o miden con el ojo?"

"Bueno, no se preocupe, hoy lo movemos y va a ver que le queda perfecto. No se haga problema. Eso sí, me va a tener que comprar más baldosas porque las que teníamos se nos rompieron todas"

"¿Cómo que todas? Tenían de sobra como para poner en toda la casa, Hernán."

"Y, pero bueno, vio, como son de cerámica se rompen fácil, vio, cortamos ahí porque sobraba medio centímetro más o menos y vio que se rajan de nada. Y si no, yo conozco un proveedor que me hace buen precio y tiene materiales de buena calidad. Va a poder cambiar todo el piso por porcelanato que va a ver que le va a gustar. Yo le consigo, hoy mismo hablo con mi socio."

"Acaban de terminar el piso."

"Sí, pero vio, yo le digo por el costo de estas baldosas que tiene ahora, si vamos a romper para mover el inodoro le conviene hacerlo todo de nuevo con otro modelo que yo le traigo"

"Bueno, dale. Porque la verdad que este piso como lo hicieron quedó muy desprolijo. Las juntas parecen unidas con, qué se yo, con nesquik."

"Hoy le hablo a mi socio y después le aviso a usted."

Así se retiró Hernán. Se subió a su auto, y se marchó a los terrenos abandonados de Glew.

[en el celular] "Hola, ¿me escuchás, Sergio? Andate ahora si podés para la casa esa, la de la avenida Yrigoyen, que necesito unos porcelanatos para un baño. Síí, jajaja, no sabés, le pusimos el inodoro en cualquier lado, jajaja, ahora quieren hacer el piso todo de nuevo. Hoy nos vamos al casino, Sergito"

El encuentro con Sergio fue muy rápido. Sergio trajo las herramientas, y Hernán la camioneta. El dueño de la casa había fallecido hace unos meses, y como nadie había visto nunca familiares suyos, Hernán y sus amigos aprovecharon y desmantelaron su casa por completo. Materiales gratis.

Viernes, feriado.

Sábado.

Domingo.

Lunes, feriado.

Martes, 10 a.m.

"Estos tipos no van a venir más... ¿Te habían dicho que el viernes feriado venían, no? ¿Cómo fue que te dijo?"

"Me dijo: 'Perdoname, Damián, pero mañana no vamos a poder ir. Estoy muy complicado.' Así nomás me pone, el jueves a la noche."

"Qué tipos... ¿Y hoy dijeron que venían a las 8, no?"

"Sí, qué sé yo qué van a hacer. Todo el piso a medio hacer y el inodoro en cualquier lado. Ya estoy re podrido de bañarme con vasitos."

riiing

"Uh, dios mío, seguro es el correo o alguien equivocado, ni en pedo son estos tipos"

Ah, pero eran. Se habían quedado secos después de ese fin de semana XXL loco. ¿Podés creer que les pagaron por adelantado? Hay que ser...

"Hola señor, mire acá le traigo los porcelanatos que me pagó, fíjese la buena calidad mire que buen brillo que tienen"

[para sus adentros] Hay uno con el borde roto. Es imposible comprar uno así o que se le haya roto en el camino. Esto parece sacado de algún lugar. Bueno, pero no se van más sino.
[para afuera] "Sí, sí, están buenos. ¿Cuándo terminarían con el piso?"

"Y, yo calculo, mire, estimo más o menos dos días más y ya estamos."

[para sus adentros] Por favor que se vayan de una vez.

Miércoles, 11 p.m.

"NO puede SER que no puedan poner una baldosa derecha!!! Es INCREÍBLE!!! DIOS. ¿Se fueron sin avisarte, encima?"

"Sí... ya te lo dije mil veces. Yo estaba en mi habitación en una reunión y se fueron así nomás. Ya lo reputeé por WhatsApp pero no lee. Encima soy tan boludo que le pagué otra vez por adelantado."

"AH bueno. Vos no das más..."

Jueves, 5:30 a.m.

riiing

[con sobresalto] "¡Ehh! Qué carajo fue eso." [se mueve en la cama buscando la tecla de la luz]

[caminando hacia el portero eléctrico]

riiing

"Ya VOY, carajo! Cinco y media de la mañana un jueves, la rreputa madre."

[atiende]

"¿Hólá?"

"Hola señor, mire soy yo Hernán, sabe que veníamos temprano por acá para hacer otro trabajo pero chocamos el auto en su puerta."

"¿¡Qué!?"

"Mire, yo no lo quiero asustar, pero la puerta está prácticamente abierta."

"¿Hernán, ¿¡vos me estás jodiendo!??"

Efectivamente, no. Ahí estaba el auto de Hernancito. Incrustado en la puerta de la calle.

"Pero mire, yo conozco un carpintero de confianza que le va a arreglar esto muy bien, va a ver."

Digamos que a causa del sueño, y del sobresalto, el carpintero de confianza ya estaba contratado después de esto.

"Bueno, mire, ya que estoy acá, ¿no quiere que pase y le veo lo del baño?"

"Hernán, por favor, por el amor de IESVS INRI, terminá esta obra de una vez."

"Sí, sí, usted quédese tranquilo que va a ver que le va a quedar muy bien."

Jueves, 1:30 p.m.

El baño era tierra de nadie. El piso que habían terminado no existía más, y la unión de este piso con el de mármol negro, parecía arrancada con los dientes.

El mueble de madera estaba completamente rayado, y una de sus uniones con la pared destrozada después de que Hernán, con sus 120 kilos de alegría, se sentara ahí a comer un sanguchito de jamón crudo con 7-Up.

La puerta de vidrio también estaba rota, porque habían tenido que sacarla para... Quién sabe para qué.

En la cena, todos estuvieron completamente mudos. Nada podía salir bien nunca más.
El perro ya se había mejorado, pero la suciedad de la casa tendía a infinito, y por cada arreglo que se hacía, se rompían dos cosas nuevas.

Viernes, 5 p.m. (pero tres meses después)

"Sí, hola, buenos días, quería reservar una habitación para cuatro por una semana, ¿es posible? Ah, que no aceptan tarjetas de crédito. No, no, yo buscaba alguno que aceptara el plan 'pague cuotas hasta que se muera'. Bueno, gracias."

Después de arreglar los pisos, la puerta de la entrada, la puerta de vidrio, la columna, haber pintado las paredes, movido el inodoro, los caños, la mesa de la entrada que un día la serrucharon sin querer, las ventanas que se rompieron el día que se les cayó la maza por accidente, el brazo de Hernán que un día se fracturó porque se le cayó un cacho de mampostería del techo, el techo que se le cayó a Hernán en el brazo, la baldosa del piso que se rompió por el cacho de techo que le cayó, el dedo de Damián que se rompió después de pegarle una piña a una viga de hierro en un ataque de cólera, el celular de Damián que se le cayó del bolsillo cuando le pegó a la mesa, la vereda porque un día se tiró uno de los plomeros por la ventana "para bajar más rápido" cayendo arriba de un auto, el auto del hombre que lo había estacionado ese día en la vereda, el auto de al lado porque ese auto tenía un desperfecto en el tanque y explotó, la fachada de la casa porque la explosión le derritió la pintura, nuevamente las ventanas porque explotaron todas (pero tapadas con bolsas de basura nada más), el macetero del árbol porque se abrió un pozo en la calle por un corrimiento de tierra, la otra mano de Damián porque le pegó una piña más fuerte que la primera a Hernán un día que se lo cruzó por la calle, y el corte de pelo de su hijo, Damián pudo pagar su fianza y recuperar la libertad.

Vendió su casa por el terreno y ahora hay un edificio de 14 pisos ahí. Vive con su familia felizmente en la casa de Glew que le alquila Hernán.

lunes, 17 de agosto de 2020

The Full Year Project finalizado

 Ya pasó un año.

https://docs.google.com/document/d/1PcFSmLDOR_qh4BzK2zzpkDd7T6bLphifVGj7J4EOxRY/edit?usp=drivesdk

viernes, 31 de julio de 2020

Acronia

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Se enciende el televisor.

"...los casos aumentaron en un 29,2% comparados con los de la semana pasada. En las zonas que rondan los años '90 se observó el mayor impacto negativo en la educación, comparado con otros anuarrios. Casi el 90% de los colegios tanto públicos como privados de esas áreas aún no se pusieron en contacto con sus alumnos, siendo los hogares que están en los comienzos de la década o a mediados de los '80 los más afectados por esta situación en el aspecto educativo. Por otro lado, en la Capital, se estima que el 95% de los colegios que están en un anuarrio posterior al 2015 están realizando todas sus actividades de forma virtual, y realizaron evaluaciones correspondientes al fin del primer semestre en hora abstracta. El avance temporal de los suburbios comparado con el de la Capital se ralentizó en un 27,1%, habiendo acumulado ya casi 2 meses adicionales en promedio de cada anuarrio. Siguen en alza las protestas por..."

Se apaga.
El hijo y su madre almorzaban una vez más, a la misma hora local que todos los días.

- Almorzar con las noticias de fondo es un poco aburrido, ¿no te parece? No sé, como que pasan siempre lo mismo, ya está. Poné el programa donde sacan el lingote, a ver si está ahora.
- No, creo que hoy estamos 8 horas adelantados, como lo filman afuera viste... Va a empezar a las... A ver, dejame pensar, si empieza siempre a las 8 de la noche, entonces.. ¡ah! Sí, capaz arranca ahora a las 12 del mediodía.
- Sí, claro, decía porque ayer había empezado más tarde, entonces hoy tocaba ese desfasaje. Fijate en el celu si no, ahí lo tenés más fácil.
- Sí, sí, tenés razón. A veces me cuesta un poco llevar la cuenta todavía.
- Bueno, siendo de cuando el tiempo era lineal, la verdad que debe ser confuso, jajaja
- ¿Me dijiste vieja?
- ¡Nooo...! Igualmente ¿qué es la vejez ahora? Quedó desactualizada esa palabra.
- Y 'desactualizado' también está desactualizado.
- La verdad.

Ya hacía catorce años que se había establecido la independencia horaria absoluta, el 7 de septiembre del 2025, a las 00:00, en la que sería la hora de Greenwich. Éste había sido un plan llevado a cabo en conjunto por las Naciones Unidas que permitía a cualquier sector llevar cuenta de su propio huso horario. No solo países, sino regiones de países, ciudades, barrios, casas, personas, o cualquier entidad que tenga una matrícula en el Registro Mundial Horario, el RMH. Cualquier persona en el mundo tenía permitido enviar una petición para ser admitida a este organismo, y si cumplía con ciertas reglas (como no tener conflictos con otras zonas horarias, entre otras), sería aceptada la nueva región y cargada al Sistema Mundial de Registros Horarios que era el encargado de llevar la cuenta de todas las horas.

Esto se había propuesto después de la primera pandemia del año 2020, tras la cual se reportaron cuantiosos casos de acronia. Un síndrome que fue en algún momento un problema de muchísima gravedad, y tuvo a la continuidad de la humanidad en vilo.

Muchas personas dejaron de percibir el paso del tiempo. Quien padeciera esta condición podría mirar la hora en un reloj una vez, y luego mirarla nuevamente y ver que habían pasado 3 horas, para entonces mirar de nuevo y ver que estaba en la semana pasada. Algunos casos extremos incluso llegaron a retroceder por meses, o más.
Se creyó en primera instancia que esto era un efecto psicológico causado por el aislamiento extremo que muchos países instauraron como medida para paliar el virus, hasta que sucedió el famoso caso de Ana Izquierdo.
La mujer comenzó a sufrir de acronia cerca de su cumpleaños, con una intensidad relativamente fuerte para lo que se conocía. Ella empezó a atrasar lo que parecía una semana cada vez que llegaba al viernes, el día después de su cumpleaños. Vivía sola, y no tenía familia, así que fue solo cuando los vecinos reportaron quejas por olores de putrefacción muy fuertes que las autoridades la retiraron de su casa; un cuerpo que según los exámenes post-mortem tendría una edad de aproximadamente 130 años. La mujer, de acuerdo a su fecha de nacimiento y de defunción, debería haber tenido 73 años. Se concluyó que en realidad estaba avanzando un año entero (menos siete días), y que en verdad estaba teniendo un efecto que excedía a solo estar en su mente.

Después de este suceso, que por haber tenido lugar en el edificio en el que vivía un renombrado periodista tuvo una gran repercusión en los medios, muchas personas manifestaron haber sufrido síntomas similares.
Algunos se perdían clases virtuales, pero lo confundían con deslices (en este mismo año sucedió el boom de esta modalidad virtual, por lo que muchos simplemente lo descartaban como algo accidental), otros tenían sobredosis por tomar un medicamento muchas veces al día pero porque las alarmas sonaban demasiadas veces, otros olvidaban los cumpleaños de sus seres queridos al ver que habían sido hace diez días... En fin, la variedad de síntomas era de lo más amplio. Existían quienes movían su percepción hacia adelante, y quienes lo hacían hacia atrás.
Muy pocos manifestaban síntomas de los dos tipos, permaneciendo en la misma hora del día por lo que en realidad deberían haber sido meses. Generalmente, estos casos terminaban muy mal muy rápidamente, y desgastaban por completo hasta la muerte a quienes lo padecían.

Esta se conoció como la segunda pandemia del año 2020, y muy distinto a la primera, esta vez sí se trataba de una enfermedad o situación que la humanidad jamás había enfrentado, ni siquiera algo remotamente similar.

Dicho sea de paso, nunca se llegó a catalogar la acronia como 'enfermedad', 'síndrome', 'condición', o ningún termino médico. Algunos lo consideran una incumbencia de la física o matemática más que de la medicina.

Por fortuna, por azar, por elección divina, o porque sí, prácticamente ningún líder mundial padeció síntomas relacionados a esa condición. Casi todas las personas están de acuerdo que eso fue lo más parecido a un milagro que la humanidad pudo percibir, ya que gracias a eso fue posible la creación del RMH.
Se cree que los líderes mundiales no se vieron afectados por la acronia al no haber cumplido con el aislamiento extremo, dado su papel de figura pública que los impidió hacerlo.

Lo que se decía a mediados de ese año 2020, "nuestra vida cambió para siempre", era un grano de sal al lado del coloso agujero negro que sería la verdadera 'nueva normalidad' después de la acronia.

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2 de septiembre de 2025, cinco días antes de la instauración del RMH
Interpretación al español del comunicado de la ONU, emitido en simultáneo durante todo el día en todos los países.

"Hola a todo el mundo.
Queremos informarles que a partir de la semana que viene, concretamente el día domingo 7 de septiembre, a las 00:00 del huso horario oficial 0, estará habilitado para toda la población mundial el Sistema del Registro Mundial Horario en el cual cada persona que esté sujeta a las normas podrá solicitar la inscripción de su tiempo al mismo.
Esto es un acontecimiento histórico, posiblemente el más importante en la historia de la humanidad.
Esperamos que sea posible tener nuevamente vuelos, viajes, planificación, y organización.
La raza humana se vio extremadamente afectada, profundamente debilitada desde la aparición de los desplazamientos temporales, pero esto ya lo sabemos. Es mi orgullo anunciar que a partir del domingo esto habrá quedado atrás.
Si bien es imposible, o muy altamente improbable hallar una manera de revertir los desplazamientos, gracias a los impresionantes avances en el Internet Global al brindar ahora a todas las personas del planeta acceso a la red, será posible establecer coordinaciones nuevamente sin necesidad de tener una referencia horaria estática.
Dejaremos como legado una cuenta interna del RMH, que será llamada 'tiempo abstracto', y que equivale a la cuenta lineal que utilizábamos del tiempo antes de todo este desastre. Será contabilizada solo a modo de registro histórico y no debería ser utilizada.
Todos los dispositivos electrónicos estarán automáticamente sincronizados con su tiempo de preferencia, y realizarán todos los cálculos necesarios para comunicarse con otros y coordinar todo tipo de tareas. Agradecemos profundamente a las personas que cooperaron en salvar a la humanidad.
Es una conmoción, y realmente esperamos que volvamos a brillar. Muchas gracias."

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Todo parecía ideal. La felicidad promedio de cada persona aumentó en un 224%, y todo el mundo estaba seguro de que esto era para bien. Si bien había algunas otras pandemias, nada tenía tanto interés en ser solucionado como este tema de los tiempos.

Y fue para bien. Con algunas salvedades.

Todavía no se conocían los efectos secundarios de la acronia. Hoy resulta natural, y hablamos de anuarrios como si fuera lo más normal del mundo, pero esto no siempre fue así.
Algunas zonas, más comúnmente los barrios o pueblos más pobres parecían no tener casos de acronia, pero luego de la inscripción al RMH se detectó que efectivamente sí lo tenían, pero en una forma masiva y manifestado de una manera que no era conocida hasta ese momento.
Los relojes en el sistema parecían modificarse de forma autónoma, moviendo ahora no solo algunas horas o días, sino años completamente. Era como si existiera algún tipo de fuerza que estuviera moviendo el tiempo lineal o prefijado al tiempo que en realidad era.
Este proceso llevó algunos meses (contando en el tiempo abstracto), y fue lo que originó la subdivisión del territorio, ya no por fronteras geográficas, o políticas, sino ahora temporales.

Las zonas más pobres parecían retroceder muchos años, y las de mayor calidad de vida permanecían en el año actual, o atrasaban algunos meses. Particularmente, en la Capital se observaba un promedio de año igual a 2018, siendo que ya el año corriente debería haber sido el 2026. Algunos barrios retrocedieron hasta el 2010, el más bajo llegaba hasta el 2002, y el más alto, a fines del 2024.
Curiosamente, o quizás, por causalidad, el año de cada división horaria se correspondía con la calidad de sus avances. Asimismo, las zonas que menos avanzaban, más lento avanzaban en el tiempo.

Nadie en el mundo tenía un huso horario que se correspondiera con la hora abstracta que debería ser. Absolutamente todos estaban por detrás.
Algunas tribus que fueron registradas por exploradores estaban en años que correspondían a antes de Cristo.

Para algún lector que haya vivido estos tiempos, lo que hoy en día se denomina 'zonas en pasado', por esas épocas se llamaría 'zonas más pobres', o 'áreas más carenciadas'. La relación entre tiempo y estatus era uno a uno.

Pero la gente resurgió. La producción volvió a funcionar, y la humanidad a recuperarse.

El año promedio en todos los tiempos registrados en el RMH era, curiosamente, mediados del 2020.